diumenge, 4 de setembre del 2016

DESTRUCCIÓ DE TROIA, ENSORRAMENT DELS ANTICS IMPERIS


La destrucció de Troia és el límit imprecís entre l’Edat del Bronze i la del Ferro (sistema de les 3 edats, C.F.THOMSEN, 1836). E.H.Cline, doctor en Història Antiga i arqueòleg, presenta 1177, El año en que la civilización se derrumbó, Ed. Crítica, Barcelona 2015. És un treball documentat i actualitzat del procés que causar el col·lapse de les grans civilitzacions urbanes.

L'Edat del Bronze a l'Egeu, Egipte i Orient Pròxim va durar gairebé dos mil anys, des d'aproximadament 3000 aC fins poc després de 1200 aC. Quan va arribar al final, segons es va donar després de segles d'evolució cultural i tecnològica, la major part del món civilitzat i internacional de les regions mediterrànies va patir una aturada espectacular en una extensa àrea que anava des de Grècia i Itàlia, a Occident, fins a Egipte , Canaan i Mesopotàmia a Orient. Grans imperis i petits regnes que havien trigat segles a formar-se, es  van enfonsar amb celeritat. Amb la seva fi va arribar un període de transició, que els estudiosos van qualificar, durant un temps, de primera "Edat Fosca" del món. Fins diversos segles més tard no va aparèixer a Grècia i les altres zones afectades un nou renaixement cultural que va preparar l'escenari per al desenvolupament de la societat occidental tal com la coneixem avui. (pàg.11)

Analitza el període des del segle XV al XII aC, per enumerar les diverses causes d’aquest trasbals –terratrèmols, canvi climàtic, sequeres i fams, bé rebel·lions internes, bé invasions externes, els pobles de la mar, i ensorrament de les xarxes comercials que els inter relacionaven- i críticament presentar els fonaments i les incògnites que presenten. Tot això acudint a les fonts, tauletes d’argila, treballs arqueològics, bibliografia recent.

La patatum es va covar dècades abans, però Cline elegeix la data d’un esdeveniment significatiu: la batalla de Ramsès III contra els Pobles de la Mar. Malgrat sortir victoriosos, l’Imperi Nou egipci va iniciar un declivi de dos-cents anys. Com la resta de llocs que havien estat importants i intercomunicats, més que una desintegració caòtica, esdevingué una progressiva fallida, l’època fosca.

Copiem un article de Carlos García Gual, El País, 2015

Batalla del Delta entre Ramsès III i els pobles de la mar al segle XII aC. Temple de Medinet Habu, Tebes. Vikpèdia
El final de los antiguos imperios

Tras un apocalíptico título, Eric H. Cline presenta un amplio y bien documentado estudio sobre el colapso de las grandes civilizaciones de la Edad del Bronce 
CARLOS GARCÍA GUAL           EL PAÍS, 27 febrer 2015
Tras este título, tan apocalíptico como muy periodístico, se presenta un amplio y bien documentado estudio sobre el colapso de las grandes civilizaciones de la Edad del Bronce, un extenso y complejo derrumbe de amplio panorama que hizo desaparecer imperios poderosos como el de los hititas, los micénicos, los asirios, los cananeos, y asoló ciudades como Troya y Micenas. Fue en 1177 antes de Cristo cuando el faraón Ramsés III se enfrentó en una tremenda batalla a los invasores de Egipto, y los derrotó y borró del mapa para siempre. Allí fueron aniquiladas esas huestes guerreras que llamamos, sin mayor precisión, los Pueblos del Mar, que fueron una feroz amenaza para el país del Nilo, después de haber sembrado destrucción y ruina en muchos otros. Pero también los vencedores quedaron muy mal parados en la matanza, y “Egipto se convirtió en un imperio de segunda: sombra de lo que había sido”. Aunque la batalla fue significativa, el ocaso de los imperios de la Edad del Bronce y la transición a la del Hierro duró casi un siglo y tuvo causas muy varias —invasiones, revueltas, terremotos y hambrunas, tal vez—. “Las civilizaciones de amplio alcance que florecían en el Egeo y el antiguo Oriente Próximo en 1225 antes de Cristo habían empezado a desaparecer en 1177 antes de Cristo y se habían desvanecido casi del todo en 1130. Durante la primera Edad del Hierro, los poderosos reinos e imperios de la Edad del Bronce fueron sustituidos, progresivamente, por ciudades-estado de menor tamaño” y todo el sistema de relaciones entre los pueblos de esa zona quedó desmoronado. Puede defenderse que 1177 fue un año parecido al 476 en que se suele fechar el fin del, ya decadente, Imperio Romano. Pero el proceso de esas catástrofes se prolonga muchos decenios hasta la fecha retumbante del año final. 

Del intrigante ocaso de los grandes imperios que concluye en lo que solemos llamar una Edad Oscura trata este ágil relato que recoge y resume bien y puntualmente las investigaciones arqueológicas más recientes, citando muy curiosos textos antiguos, y recordando a la vez los nombres y teorías de los últimos investigadores con admirable erudición. Esta puesta al día, tan actualizada en sus datos, lo hace muy útil para cualquier aficionado a la Historia Antigua. Las notas y bibliografía ocupan casi 100 páginas. De las analogías entre los imperios de ese catastrófico periodo y los de nuestra época actual que le gustan destacar al autor, puede opinar el lector tras la lectura de estas evocadoras páginas. Los ocasos imperiales, que incluso entre las brumas del pasado lejano albergan algo de melancolía trágica, son siempre buen tema para la reflexión.